Desde pequeñas soñamos con el día en que entraríamos vestidas de blanco junto a papá, para recorrer esos diez metros que hacen la diferencia entre la soltería y el matrimonio. El vestido de ese color ha representado por muchos años la pureza y la inocencia de la infancia, así como la virginidad. Pero ¿Cómo incluir tonos azules teniendo idea de todo lo que representa el blanco? ¡Anímate a una boda con un toque azul!
El color azul ha estado intrínsecamente ligado a la tradición nupcial desde hace cientos de años. La costumbre del color azul en las bodas se origina en el antiguo Israel donde las novias llevaban una banda azul que simbolizaba pureza, amor y fidelidad. En el libro bíblico de los números se les ordenó rematar sus mantos y capas con cintas de color azul, por que al verlas les recordarían los mandamientos del Señor. De este pasaje se deriva la creencia de que, al llevar una cinta azul, se podían remediar casi todos los males.
Si bien el azul es considerado un tono frío, asociado al conocimiento y ligado a la claridad de ideas, también suele relacionarse con la integridad, el entendimiento y la calma.